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sábado, 21 de junio de 2008
Un nuevo destino, una nueva esperanza.
“Este es el primer post de la segunda etapa de nuestro viaje y como ocurría con el primero de la anterior fase del viaje, tampoco hay fotos. En sucesivos post renovaremos el espíritu aventurero y nuevamente aparecerán fotos que ilustren nuestros comentarios, de momento solo resta pedir disculpas por los días de ausencia y sosiego, y hacer una invitación a los navegantes para que retomen junto a nosotros la pasión por esta tierra, sus gentes y costumbres desde los ojos de unos modestos cicerones. Como nota, ya está disponible en el buscador de google nuestro blog, por si alguno olvida la dirección o decide recomendarlo a amigos o familiares. Este post está dedicado a nuestros compatriotas en tierras niponas que tuvimos el placer de conocer en nuestra estancia en Jimbocho, un saludo y continuad con vuestro peregrinar por las sendas de la vida, y quién sabe si algún día nuestros caminos vuelvan a cruzarse en España o en otros países, un abrazo y buen viaje amigos.”
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Hola de nuevo, tras unos días de descanso e incertidumbre ya estamos aposentados en el que será nuestro nuevo centro de mando hasta que abandonemos tierras orientales. Hoy temprano a eso de las 09:00h hemos dejado el hostal de Jimbocho con destino a la agencia de alquiler inmobiliario Sakura House (dueña de gran parte del sistema de alojamiento de Japón). Pero como viene siendo tradición en nuestra rutina, nos hemos perdido (de ahí el nombre de la pagina) y en un trayecto que sería más o menos de unos veinticinco minutos hemos tardo en llegar tres horazas, cargados hasta las cejas con las maletacas, mochilas y bolsas bajo un sol de justicia y sudando como cerdos el día antes de San Martín.
En fin, una vez que llegamos a la oficina y nos desparramamos en una silla, comenzó un largo proceso mortal en ingles acerca de las condiciones del contrato, lo que podemos y no podemos hacer, lo que debemos y no debemos olvidar, las clausulas y subclausulas administrativas, la descripción del inmueble y un intenso coloquio sobre el sistema de limpieza, lo que es reciclable, lo que no, cuando, como y donde se debe de sacar la basura e incluso la forma de empaquetarla y dividirla, sin olvidar cosas como limpiar el filtro del aire cada cierto tiempo y dejar la casa como los chorros antes y después de irte, en fin, que acabas con un dolor de cabeza y de muñeca (de firmar 18 apartados), para que te den las llaves y un mapa de cómo llegar al lugar en cuestión, o lo que viene a ser lo mismo, pegarte un palizón de otra hora y algo para llegar a tu destino reventado y con más hambre que el que se perdió en la isla, ya que llevábamos todo el día con un triste café y no cominos hasta las cuatro de la tarde, que se dice pronto. Que cuando sales, te da la sensación de haber estudiado dos carreras universitarias, te cagas, no te piden una muestra de sangre por vergüenza.
Nuestro “nuevo hogar”, llámalo nuevo, llámalo manillar de bicicleta… vamos si se entiende por nuevo un cuchitril de cuando Fraga comía potitos, mañana veréis las fotos del tabernáculo. En fin como muestra un botón, el servicio es un bujero de cemento armao en el que tienes que poner un pseudo váter de plástico que tiembla cuando te sientas, pero claro como te quedan las rodillas a la altura de la nuez pues tampoco puedes caerte, mayormente porque como estas en un metro cuadrado con ventana sellada, por si hay ataques nucleares, pues siempre te queda el aroma concentrado del primer día, vamos como para ponerte a hacer un sudoku.
Nuestro “apartamento” es puramente tradicional, vamos tan tradicional que es que lleva aquí desde antes de que se inventara Japón, es un edificio que haría las delicias de Hitchcock, pasillos brillantes y poco iluminados, poblados de paraguas multicolores como nuevos pajaros dispuestos a picarte el cuello a la que te descuides, la estructura interna se asemeja a un viejo hospital psiquiátrico tipo Silent Hill, en fin que da un yuyu mugambo mu chungo. Entramos en la habitación, metiendo la llave a la altura de las rodillas y zas, un olor a perro viejo mojado inunda nuestras fosas nasales, ante nosotros aparece la neverilla que es como de juguete, la cocinita de pinipon e inmediatamente el salón-habitación-cuarto de estar-trastero- oficina, llamémoslo sala multifuncional, donde pasaremos las horas muertas, mientras vemos por el balcón la vida pasar.
Tenemos un lugar común para lavar la ropa con unos armatostes de cuando carolo andaba solo, en los que supuestamente hechas la ropa y el jabón a cascoporro y se lava o se centrifuga según el día porque como esta todo junto y solo tienes un par de botones y una ruedecica con letras demoniacas, también conocidas como kanjis, pues vete tú a saber que te sale de ahí (sin ofender a nadie, sensei no te desesperes estoy progresando ya hasta compro en japonés jejeje). Con lo cual lavaremos la ropa al estilo viejuno, agua, piedra y jabón del duro jejeje, y luego lo tendremos donde se pueda, así que si nos veis con la misma ropa o con esta llena de arrugas tened compasión de estos pobres juanpalomos.
Eso sí, entre tanta cosa del siglo uno antes de que se inventaran los siglos, te encuentras dentro de una especie de armario una pedazo de ducha llena de historias de hidromasaje que descuadra tu concepto de espacio-tiempo, pero que aun no hemos probado y que a lo mejor resulta que es para secar el pescado.
En otro orden de cosas, hemos descubierto cuan caro puede ser comprar en un supermercado y no morir en el intento, por no mencionar que aquí los productos estas diseñados por topo gigio trabajando en barajas, porque parecen creados para comerlos en un avión, nuevamente pido disculpas, es humor sarcástico no ofensa al mundo nipón. Un ajo 300 yens, un limón, 250 yens, dos chuletillas de cerdo tamaño cinta de lomo 700 yens, 2ooml de aceite de oliva marca ajunjun 500 yens, un pack de cuatro minimicro bio tamaño petisuis 480 yens, ver la cara de gilipollas que se te queda cuando te dan la factura de 7783 yens, no tiene precio. En fin que he intentado calcular lo que te costaría hacer aquí un gazpacho y te saldría el litro a la friolera de 3000 yens (18 euros, Javi, te daría un tabardo).
En fin y calculando lo que nos costaría la cesta de la compra, nos da para comer y desayunar fuera tan ricamente y ahorrando pelas, hecho que explica el creciente número de lugares de comida rápida tradicional frente al decreciente numero de supermercados que apenas si hemos visto un par de ellos, ergo, huelga decir que es mejor comer fuera aunque sea en una hamburguesería que dejarte el sueldo para ver si sabes porque los cerdos aquí dan chuletas como un paquete de clínex.
En fin muchachada, que con esto y un bizcocho damos terminado por hoy este post, mañana veréis las fotos de lo aquí mencionado y quizás alguna nueva de nuestro nuevo barrio, descansad y sed buenos, dentro de la medida para no parecer estúpidos, un abrazo.
miércoles, 18 de junio de 2008
Explicación sobre como postear o dejar comentarios, que viene a ser lo mismo
Existen varias opciones, dependiendo del nivel de implicación que queráis adquirir con el blog. La más básica es la más obvia, consiste simplemente en cliquear (hacer clic) justo al final de la entrada donde pone: Publicado por Sr. Tokio (fecha de la entrada) comentarios. Para muestra un botón o en este caso una captura acerca de lo que estoy tratando de explicar.
Para dejar el comentario escribís en la el recuadro que pone haga su comentario, mas tarde escribir las letras que aparecen ondeantes en la casilla inmediatamente inferior que pone verificación de la palabra (aseguraos bien de que son correctos todos los caracteres), marcar la casilla que pone anónimo, justo al final de la ventana y pulsar publicar comentario, eso es todo.
a segunda opción es mucho más personal, por ello requiere una implicación más individual. Consiste en crear una cuenta en Google, a continuación os pongo detalladamente los pasos a seguir capturados del formulario original. Con esta opción podéis firmar los comentarios con vuestro nombre, en lugar de anónimo. (Este es el enlace al formulario en cuestión)
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Espero que os haya servido de ayuda, o que por lo menos no os haya molestado demasiado jejeje, mañana ya volveremos a la rutina y publicaremos nuevas entradas, pero aun no os diremos sobre que, puesto que aun no lo sabemos jejeje, pasad un buen día)
martes, 17 de junio de 2008
Problemas Técnicos y de Templos va la cosa (16-06-2008)
Hoy como estábamos reventados del palizón consumista de ayer, hemos decidió tomarnos un día zen, paseando tranquilamente por los templos e iglesias colindantes. Es increíble la cantidad y variedad de templos que posee Japón, desde templos budistas a templos sintoístas pasando por aberraciones arquitectónicas que mezclan el arte bizantino con el arte más ortodoxo o modernista imaginable. Eso si, puestos a elegir prefiero los templos más tradicionales, llámame clasista pero a mí las mezclas solo en la gastronomía.
Nuestra primera parada fue el santuario Yushima Seido, esta cerca de la estación de tren de Ochanomizu. Este templo se construyó como centro de estudio del confucionismo en 1690. Este templo fue destruido casi totalmente en 1923 a causa de un terremoto, cosa bastante normal por aquestas tierras de modo que tuvo que ser reconstruido. Aunque, como hemos comprobado esta mañana las obras siguen cerrando el paso al visitante y a sus ansias por encontrar un respiro espiritual. Y claro está en los jardines obviamente se encuentra esta estatua del maestro chino Confucio, padre y fundador de la rama filosófica homónima. En sí, es un santuario bastante austero, construido en su totalidad en tonos negros y sin ninguna representación ostentosa, ni tan siquiera la estatua mencionada llama poderosamente la atención del visitante, dando asi a relucir los principios mismos de este movimiento ideológico. Yushima-Seido se levantó para ser la principal academia para estudiar al maestro Chino Confucio en 1690. Fue la época que en que los Tokugawa promovieron el confucionismo como ética de estado. Se trata del primer centro de enseñanza superior de Japón.
Tranquilamente y mientras nos dirigíamos al siguiente punto de nuestro viaje, pudimos constatar otra de las aficiones de estas gentes, su pasión por la música y en especial al mundo de la guitarra en todas sus variantes, tamaños y modelos, inclusive algo tan exótico que mezcla la tradición y la modernidad como es un koto eléctrico (El koto o arpa japonesa, es uno de los instrumentos musicales más antiguos de Japón. es una caja de resonancia rectangular, de madera de kiri (paulonia), de unos dos metros de longitud, con dos aberturas en la parte posterior y trece cuerdas). Eso sí, para mi decepción aun no he encontrado una tienda de música que vendan tambores tradicionales daiko, es un instrumento de percusión japones muy parecido a un tambor o un timbal, el cual se puede ver en casi todos los matsuris de Japón.
El conjunto religioso te recibe con una Tori (puerta, en este caso de piedra) de corte claramente oriental, para inmediatamente y tras subir una pequeña cuesta encontrarte cara a cara con la puerta principal del recinto. Con su tono rojizo como el sol amaneciente, con trazas de oro que brillan con la luminosidad y escoltado por dos esculturas de arqueros, hacen sentir al visitante como un viajero en el tiempo. En si interior se muestra ante ti una amplia plaza que da acceso a varios senderos que rodean al edificio central, no deja de ser chocante encontrar junto a las tradicionales estatuas de dioses y lapidas varios automóviles de diversa gama como si, en cierto modo, formaran parte de todo este entramado sintoísta.
Capillas recogidas llenas de espiritualidad y sencillez dan al visitante la impresión de encontrarse ante algo que supera las paredes de este recinto, asi mismo si permites expandirse a tu mente conseguirás valorar más las pequeñas cosas que forman el gran todo que mueve el mundo. Al margen de este mensaje universal, el templo está dedicado principalmente a tres deidades diferenciadas:
Daikoku-sama, (deidad sintoísta del matrimonio, la tierra y la industria)
Dentro del recinto, te sientes un poco perdido ante la complejidad-simplista de sus acciones religiosas. La incultura del occidental queda nuevamente patente frente a la tradición milenaria en torno al budismo, sintoísmo y confucionismo. El término Shinto se refiere a las actividades desarrolladas por los japoneses para venerar a todas las deidades del cielo y la tierra; su origen se remonta a los comienzos de Japón. Es considerada la religión originaria de Japón, un culto popular que puede describirse como una forma sofisticada de animismo naturalista con veneración a los antepasados, profundamente identificada con la cultura japonesa. Las religiones originarias de varios paises asiáticos conservan patrones similares, como en China, Japón y Corea con respecto a los elementos de culto para los antepasados. Esto se debe a que sus conceptos parten de que el alma inferior también permanece ligada al cuerpo después de la muerte o puede permanecer cerca de él, y tal vez pueda volver como demonio o fantasma para hacer daño a los humanos si no se le presentan ofrendas y una cierta veneración.
Estos conceptos se ligan íntimamente con el tipo de vida originada a través del trabajo agricultor del pueblo ya que Japón fue explotado por colonos vinculados que vivieron en dependencia de las fuerzas de la naturaleza y ciclos de vegetación, sobre los cuales se consideraba que se podía influir de modo beneficioso dominándolos mediante la magia y el rito. Nosotros personalmente desconocíamos todo esto y aun más el intrincado ritual que a partir de ahora pondremos gustosamente en práctica en las sucesivas visitas a los templos, y que os facilitamos gustosamente a modo de guía útil.
1. Al entrar en un santuario, se pasa a través de un Torii, una puerta especial para los dioses, que marca el paso entre el mundo finito y el mundo infinito de los dioses.
2. En el pasado, los creyentes practicaron " misogi ", el lavado de sus cuerpos en un río cerca del santuario. En años recientes se lavan solamente las manos y enjuagan sus bocas en un lavabo que es proporcionado por el santuario.
3. Un par de estatuas "koma-inu" (perros protectores) se encuentran en el santuario
4. Los Mamori son encantos utilizados como ayuda curativo y de protección. Estos encantos son de diversas formas y sirven para varios propósitos.
5. Hechar unas monedas a un arcon de madera
6. Dar tres palmadas, hacer una reverencia frente a la entrada deledificio principal para conseguir el favor del Kami.
Como último punto y en yuxtaposición a todo lo anteriormente mencionado resta hablar acerca de la “Restaurada Catedral de la Iglesia Ortodoxa del Este en Japón o Nicholai-do”( con dos cojones). llamada asi por San Nicolás, el misionero ruso que fue el responsable de el establecimiento de la iglesia ortodoxa en Japón. Esta estructura está construida en estilo Bizantino con planta de una cruz griega. Un profesor ruso, Shchurpov, hizo el diseño original pero Josiah Conder realizó el diseño actual. Está fabricada en ladrillos, piedra y tejada con cobre, cubriendo una extension de 805 m2; fué finalizada en 1861. No está mal pero personalmente, y vuelvo a hacer hincapié no me entusiasma demasiado.
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La Zona Friki: Vol.2 Shibuya y los mangas (Dedicado a Luis- san y demás frikis) (15-06-2008)
Este centro comercial es muy popular entre los jóvenes, especialmente los adolescentes, y es famoso por ser el origen de la subcultura kogal. El panorama de la moda se extiende al norte hacia Harajuku y Shibuya donde todas las tiendas abren a partir de las diez de la mañana. Pero sin duda, si por algo es famoso este distrito es por el cruce que hay delante de la estación, el llamado Scramble Kousaten, (スクランブル 交差点)del que se dice que es el más abarrotado del mundo y utiliza un stop en las cuatro direcciones para permitir a los peatones inundar todo el cruce. En los edificios que se encuentran en frente del cruce están situadas tres grandes pantallas de televisión. Y podemos dar fe de ello, porque lo cruzamos unas cuantas veces entre el gentío, que ya no sabias si ibas o venias.
Tras callejear en busca de los famosos cospleyeros y los afamados mangas (sin éxito alguno), decidimos desplazarnos un poco más hacia el norte, hacia la zona de Harajuku. Es un distrito que alberga todo tipo de extrañezas, desde una cospleyera hasta un japonés tocando la gaita en mitad de un parque caótico en el que todo vale. Los sábados y domingos se suelen ver jóvenes disfrazados de sus personajes favoritos de manga (cosplay) o vestidos al estilo victoriano (Gothic Lolita), pero una cosa hay que decir, no es tan fácil localizarlos y aun menos fotografiarse con ellos, al contrario de cómo se muestran en los documentales y libros temáticos, aun así veréis que hay algunas fotillos, pocas porque el domingo no hubo ni la mitad de las que yo esperaba, pero bueno, menos da una piedra.
Tras ojear meticulosamente el establecimiento al final, y previamente analizado los precios, pros y contras de los artículos nos decidimos por: un yukata (es un kimono hecho de algodón, que se usa principalmente para el verano o estaciones cálidas. Es mucho más ligero porque no tiene la capa que cubre normalmente el kimono y se usa comúnmente para dormir o para los baños termales), un pequeño muñeco daruma (es uno de los amuletos japoneses más conocidos. Es un muñeco rojo, sin brazos ni pies, con una cara masculina que tampoco tiene ojos, solo dos círculos blancos. Al ser redondeado, aunque se balancea, nunca se cae, de manera que representa la perseverancia y el esfuerzo. El daruma representa a un antiguo monje budista indio llamado Bodhidharma, que fue el fundador del budismo zen y el responsable de que la doctrina de Buda llegara a China. Dice la leyenda que el monje no alcanzó la iluminación hasta 9 años después de meditar a solas en una cueva y que por ello, después de tanto tiempo sin moverse, no sólo se le cayeron los brazos y piernas, sino que el propio monje se arrancó los ojos para concentrarse mejor. Cuando se quiere pedir un deseo, se hace pintándole uno de los ojos. Si el deseo se cumple, habrá que pintarle el otro ojo en señal de agradecimiento) y todo esto no nos costó más de 4000 yens.
Continuamos andurreando por el mar de gente abrumados por el calor, el cansancio y la desesperación ante la aparente falta de las anheladas tiendas de manga. Pero eso si pudimos ver todo tipo de tiendecicas pequeñicas donde podías encontrar desde ropa tan heavy como el pijama de Marilyn Manson hasta pelucas tipo Krasty el payaso, sin olvidarnos de pins, chapitas, cadenillas, colganderos para el móvil, gorras con visera para que duerman las palomas y demás cosas de esas que te regalan y no sabes si pegarle o darle las gracias. También descubrí otra cosa, que soy demasiado grande para poder ponerme un kimono pero no para que me venga mutambo a venderme una camisa hecha con los desperdicios del traje de Corbacho, vamos una lindez. Porque eso sí, otra cosa no pero que la gente se me quede mirando es algo automático, sobre todo es muy curioso cuando se quedan idiotizados al mirarme el pie, que ya sé que es grande pero no por eso necesitas diez minutos para verlo.
Tras preguntar en vano varias veces por la ubicación de alguna manga shop, y obtener desde un “ein”, hasta “manga qué?” decidimos desandar nuestros pasos y regresar al punto de origen. Para ello decidimos atravesar el parque Yoyogi, este es sin duda uno de los parques más grandes de Tokio y eso le da mucha vida, sobre todo cuando llegan los fines de semana. Sobre su verde césped nos podemos encontrar a gente de todo tipo, realizando todo tipo de actividades como ya mencioné anteriormente. Además, todo hay que decirlo, llegamos aquí atraídos por un sonido que sinceramente no esperaba escuchar en estas tierras, se trataba del inconfundible sonido de las gaitas. Qué imagen más extraña es encontrarte un grupo de música folk japonesa interpretando canciones tradicionales escocesas a escasos metros de otro grupo que hacia katas de kendo, mientras grupos de cantantes amateur tocaban confusamente al son de las acrobacias de ciclistas megafumados, que hacen sus moñadas junto a versiones elvilescas que rememoran los años 60.
Pero si esto os parece raro, aun no habéis visto nada, en nuestro peculiar descenso a los infiernos, nos encontramos con una avenida que unía el susodicho parque con la zona comercial de Shibuya. Nos hemos abstenido de hacer fotos porque hay cosas que el ser humano no está preparado para ver, tales absurdeces que sobrepasan las fronteras de la definición de frikismo, se mostraban relucientes ante nuestros perplejos ojos. Hombres desnudos pero con un “traje de tatuajes” era abanderado por el capitán capullo (un tío con más grasa que las freidoras de un burguer, embutido en una maya rosa (que dejaba poco a la imaginación) con unos gallumbos violetas por fuera y una capita, gritando cosas absurdas. Veías cantantes que desafinaban más que una orquesta de grillos con paperas, una versión al cuadrado de flipy que hacia experimentos inútiles en una pizarra, un tío cabezón que dibujaba camisetas chorras, un dúo de monologistas sin gracia, una versión de 100 yens de Rod Stewart acompañado por las primas albinas de las cospleyeras niponas, en fin un cuadro que asustaría al mismísimo Edgar Allan Poe.
Alucinados por lo que acabábamos de ver, llegamos a la calle central de Shibuya, donde se alza una de las tiendas más importantes de música y actualidad musical del momento, la famosa Tower Record, meca de todos los amantes de la música. A lo largo de sus ocho plantas, podemos encontrar todos los géneros y formatos imaginables, desde el desaparecido vinilo al creciente mp3 y mp4, discos sencillos, dobles, triples, ediciones coleccionistas en cuero en formato book, con Dvd, camisetas y demás complementos de regalos y a precios que en ningún caso superaban los 4000 yens (24 €).
Entre todos los discos y tras escuchar canciones de grupos muy prometedores nipones que estoy seguro que serian tres, dos o uno en España y romperían las listas de éxitos, descubrí una joya en bruto, se trata de un dúo de jóvenes cantantes japonesas con un chorro y una cadencia vocal que nada tienen que envidiar a Beyonce, y una presencia física nada desdeñable , se trata de Double, con su álbum recopilatorio The best collaborations (2oo8), simplemente es un sonido refrescante y enérgico, no dudéis en escucharlo si tenéis ocasión.
Para concluir este apartado hemos dejado la parte más importante, nuestra visita al templo subterráneo del manga, el Mandarake. Es una súper tienda oculta en el corazón de Shibuya y que concentra toda la esencia del espíritu manga, por desgracia, y a mi pesar no pudimos hacer ninguna foto vete tú a saber el motivo. Este lugar es una locura, cientos de estanterías en numerosos pasillos abarrotadas de miles de mangas, Dvd, cosplays, figuritas y demás artículos relacionados directa o indirectamente con el mundo del animanga. Mandarake.es una empresa especializada en el mundo del Manga y la animación Japonesa, inauguró su primera tienda en 1987 en el centro comercial Broadway en Nakano (Tokio) como la tienda de compra-venta más moderna. Actualmente, cuenta con 10 más sucursales en todo Japón: tres en Tokio, Namba y Umeda en Osaka y en las siguientes ciudades: Nagoya, Utsunomiya, Sapporo (Hokkaido), Fukuoka y Shingu (Kyushu). Chicos, si venís aquí tenéis varias opciones: la primera es venir sin pelas jejejeje, la segunda es venir con pelas pero sabiendo comprar, y la tercera y poco recomendable es entrar y arramblar con todo lo que veáis.
Si sois un poco aguilillas y no tenéis la mano rota podéis salir de aquí con más de una ganga, eso si rebuscando hasta debajo de las baldosas, como fue mi caso que regrese con una figura de Asuka Langshley de evangelion ataviada de conejita (15x12cm), un MAZINGER Z (15x12 cm), una maga de una serie que ni idea tengo pero que molaba (12x5 cm) y un tomo único de mega hentai de quinientas páginas jejeje por tan solo 3000 yens (18 € jejejeje). Porque un mundo donde comprar bueno, bonito y barato es posible, jeje y junto a esto sumamos la compra de un libro de ilustraciones de un anticuario por 700 yens y ya tenemos terminadas todas las compras que voy a hacer en mi estancia en este maravilloso país de contrastes.