Hoy sí ha sido un buen día, hoy parece que el destino nos ha sonreído y nos ha permitido presenciar por fin uno de los tan ansiados festivales, tras el fiasco del otro día. De modo que aprovechando la tregua de calor que nos ha concedido el clima, nos hemos dirigido rumbo a Asakusa para presenciar el festival de Shiman-rokusen-nichi (los 46.000 días). A este festival acuden numerosas personas que desean poner fin a algún problema o pedir favores y buenos deseos para los mencionados días, recurriendo a la intervención de los dioses que residen en el terreno santo, o simplemente es una buena excusa para pasar un buen rato en familia y disfrutar de la sana diversión en torno a una celebración religiosa, esperamos que disfrutéis del viaje y que se os haga ameno, lamentamos no tener videos, pero es que es un problemón grabar y subir luego todo el material.
En esta avenida podéis encontrar absolutamente de todo, y a muy buen precio si se sabe buscar, desde “yukatas” a juegos de Godzilla, camisetas, “ukivo-e” (bloques de madera pintados), “kimonos”, “hachimaki” (el pañuelo para anudar en la frente, como el que llevaban los kamikaze con los símbolos de “Hisso” (venceremos!), caramelos tradicionales, Osembe” (galletas japonesas, generalmente de trigo, de curioso sabor), puestos de comida tradicional (pinchos, fideos, bolitas de pulpo, etc) hasta incluso accesorios para el móvil de Hello Kitty.
Dominando la entrada al templo se encuentra el Kaminarimon o “Puerta de Rayo”. Esta imponente estructura budista ofrece una enorme linterna de papel de color rojo y negro que llama poderosamente la atención del visitante, según tenemos entendido estos colores no son al azar ya que están pensador para representar las nubes de tormenta y los poderosos truenos. A ambos lados de la puerta se encuentran dos imponentes estatuas de madera (Deva Kings) que son las vigías del templo, Raijin, el dios del trueno a la izquierda y Fujin, el dios del viento a la derecha, creadas por Nishikido Shinkan y Muraoka Kyusaku.
En el interior del recinto y fundidos con el mar de visitantes, que se deslizan escurridizos entre puestos de plantas y comida comparten protagonismo un precioso jardín japonés, varios templos menores, pero no por ello menos importantes y una preciosa pagoda que completan junto con el edificio principal y varios altares el conjunto budista.
Otro templo importante es el de Awashima-Do, que fue construido al final de la decimoséptima centuria en honor a un dios llamado Sukunahikonano-mikoto, este es un dios famoso por guardar y proteger a las mujeres. Otro edificio muy importante, se encuentra frente a la mencionada pagoda, se trata del mausoleo “hondo”, que alberga la estatua de Kannon de 5- 6 cm de altura y que nunca ha sido mostrada en público. Pero sin duda el que centra nuestra atención es el templo de Sensoji , un viejo e imponente templo budista ubicado en Asakusa construido originalmente en el año 645, aunque tuvo que ser reconstruido posteriormente en 1958 tras quemarse como consecuencia del desastroso bombardeo de Tokio en 1945, y desde entonces es un lugar clave para la peregrinación y el turismo de Asakusa, y es posiblemente uno de los más antiguos, mejor conservados de Tokio y uno de los más representativos de su folklore. Este distrito no deja de sorprenderte desde que te bajas del tren, puesto que en la propia estación puedes admirar unos preciosos mosaicos que narran parte la tradición cultural nipona, o la belleza de un conjunto de altares procesionales japoneses.
El templo de Senjoji está dedicado a Bohisattva Kannon, diosa de la misericordia. Según narra la leyenda, la estatua de Kannon fue encontrada en el Río Sumida en el año 628 por dos pescadores, los hermanos Hinokuma Hamanari e Hinokuma Takenari. Pasado un tiempo, y ante el gran revuelo producido por tal hallazgo el jefe de la villa, Hajino Nakamoto, tuvo que reconocer la santidad de la estatua, a raíz de que esta por muchas veces que era devuelta a las aguas regresaba siempre al pueblo, por ello reformó su propia casa para convertirla en un pequeño templo para que los habitantes pudieran venerar a Kannon, debido a esto este santo lugar también es conocido como el templo de Asakusa Kannon. La zona circundante, está repleta de comercios y callejuelas con el sabor del viejo Edo, que es obligatorio visitar, y más aun si queréis regresar a casa con un bonito recuerdo.
Nada más salir de la estación ya se puede apreciar claramente el ambiente festivo, no solo por las decenas de personas que pululan por las calles, sino también por el omnipresente olor a incienso y delicias culinarias que se adueña del aire. Te sumerges en la marea humana surcando la avenida principal de 200 metros, llamada Nakamise, que desemboca en la puerta de Hozomon, la puerta del tesoro y la entrada principal al recinto. Esta puerta fue construida en 1964, gracias al dinero donado por Ohtani Yonetaro con el fin de preservar los secretos del templo. La apariencia externa de la puerta fue diseñada basándose en el estilo del temprano periodo Edo, de hierro y de 21.7 metros de alto.
En esta avenida podéis encontrar absolutamente de todo, y a muy buen precio si se sabe buscar, desde “yukatas” a juegos de Godzilla, camisetas, “ukivo-e” (bloques de madera pintados), “kimonos”, “hachimaki” (el pañuelo para anudar en la frente, como el que llevaban los kamikaze con los símbolos de “Hisso” (venceremos!), caramelos tradicionales, Osembe” (galletas japonesas, generalmente de trigo, de curioso sabor), puestos de comida tradicional (pinchos, fideos, bolitas de pulpo, etc) hasta incluso accesorios para el móvil de Hello Kitty.
Dominando la entrada al templo se encuentra el Kaminarimon o “Puerta de Rayo”. Esta imponente estructura budista ofrece una enorme linterna de papel de color rojo y negro que llama poderosamente la atención del visitante, según tenemos entendido estos colores no son al azar ya que están pensador para representar las nubes de tormenta y los poderosos truenos. A ambos lados de la puerta se encuentran dos imponentes estatuas de madera (Deva Kings) que son las vigías del templo, Raijin, el dios del trueno a la izquierda y Fujin, el dios del viento a la derecha, creadas por Nishikido Shinkan y Muraoka Kyusaku.
En el interior del recinto y fundidos con el mar de visitantes, que se deslizan escurridizos entre puestos de plantas y comida comparten protagonismo un precioso jardín japonés, varios templos menores, pero no por ello menos importantes y una preciosa pagoda que completan junto con el edificio principal y varios altares el conjunto budista.
La majestuosa pagoda construida en 942 fue reconstruida por primera vez en 1648 por Tokugawua Iemitsu y nuevamente tuvo que ser reparada tras los bombardeos fatídicos de la IIGM en 1973, tiene cinco alturas (Goju-no To, de 64m de altura). Esta pagoda guarda tablas memoriales en madera que pertenecen a los creyentes. Además de una reliquia de hueso de Budda traída desde Sri Lanka alojada en la parte superior de la pagoda. No hay que olvidarse de uno de los puntos principales de esta celebración y que gira en torno a los numerosos incensarios que se encuentran en distintos puntos del recinto y en torno a los cuales, y gracias al humo producido por el incienso bendecido por los monjes, curar y purificar nuestro cuerpo y alma. El más importante, y punto de paso obligatorio nada más cruzar los umbrales del templo, es el gran incensario “O-koro”, donde cientos de fieles se aglomeran para “bañarse” en el humo purificador.
Hay, como ya mencionamos, varios edificios que albergan capillas dentro del recinto de algunos poseemos información en cambio, de otros no. Uno de ellos es el templo de Hashimoto Yakushi-Do, en este templo se encuentran pequeños altares que representan a diversas entidades del mundo budista, también hay estatuas de Yakushi Nyoray (Budda de la medicina y la salud.
En 1649 fue levantado junto a un puente en los jardines de corte zen que alberga el recinto, donde podéis apreciar un bonito rio con cascadas y un estanque con las carpas japonesas, desde entonces fue conocido como Hashimoto Yakushi-Do. Este templo a pesar de estar en el conjunto budista pertenece a la rama sintoísta, y es muy apreciado por el pueblo y reconocido como interés nacional.
En 1649 fue levantado junto a un puente en los jardines de corte zen que alberga el recinto, donde podéis apreciar un bonito rio con cascadas y un estanque con las carpas japonesas, desde entonces fue conocido como Hashimoto Yakushi-Do. Este templo a pesar de estar en el conjunto budista pertenece a la rama sintoísta, y es muy apreciado por el pueblo y reconocido como interés nacional.
Otro templo importante es el de Awashima-Do, que fue construido al final de la decimoséptima centuria en honor a un dios llamado Sukunahikonano-mikoto, este es un dios famoso por guardar y proteger a las mujeres. Otro edificio muy importante, se encuentra frente a la mencionada pagoda, se trata del mausoleo “hondo”, que alberga la estatua de Kannon de 5- 6 cm de altura y que nunca ha sido mostrada en público. Pero sin duda el que centra nuestra atención es el templo de Sensoji , un viejo e imponente templo budista ubicado en Asakusa construido originalmente en el año 645, aunque tuvo que ser reconstruido posteriormente en 1958 tras quemarse como consecuencia del desastroso bombardeo de Tokio en 1945, y desde entonces es un lugar clave para la peregrinación y el turismo de Asakusa, y es posiblemente uno de los más antiguos, mejor conservados de Tokio y uno de los más representativos de su folklore. Este distrito no deja de sorprenderte desde que te bajas del tren, puesto que en la propia estación puedes admirar unos preciosos mosaicos que narran parte la tradición cultural nipona, o la belleza de un conjunto de altares procesionales japoneses.
El templo de Senjoji está dedicado a Bohisattva Kannon, diosa de la misericordia. Según narra la leyenda, la estatua de Kannon fue encontrada en el Río Sumida en el año 628 por dos pescadores, los hermanos Hinokuma Hamanari e Hinokuma Takenari. Pasado un tiempo, y ante el gran revuelo producido por tal hallazgo el jefe de la villa, Hajino Nakamoto, tuvo que reconocer la santidad de la estatua, a raíz de que esta por muchas veces que era devuelta a las aguas regresaba siempre al pueblo, por ello reformó su propia casa para convertirla en un pequeño templo para que los habitantes pudieran venerar a Kannon, debido a esto este santo lugar también es conocido como el templo de Asakusa Kannon. La zona circundante, está repleta de comercios y callejuelas con el sabor del viejo Edo, que es obligatorio visitar, y más aun si queréis regresar a casa con un bonito recuerdo.
Esperamos que haya sido de vuestro agrado, nos leemos en la próximas entregas pasados unos días ya que debemos organizar los preparativos para la inminente mudanza, por no mencionar la búsqueda de información para las siguientes celebraciones, confiamos no haber cometido ningún error al explicar todo lo relacionado con este recinto y su festividad, si es asi, pedimos disculpas. Saludos cordiales desde oriente.