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sábado, 9 de agosto de 2008

El jardín de la alegría, Ebisu y la cerveza.

Buenos días por la mañana, hoy hace un día radiante con calor pero de los que apetece pasear a pesar de que sudes como un sumo en una sauna. Como estamos acercándonos al periodo en el que tenemos que pagar la segunda quincena de nuestro alojamiento, pues decidimos que era buen momento ahora para ir a pagar y quitarnos de encima el marrón antes de que comience la etapa final de nuestro provechoso viaje. De modo que fuimos y pagamos lo acordado y ahora nos queda esperar a que llegue el treinta y uno para que vengan a comprobar que somos buenos chicos y no nos hemos cargado la casa, en fin, trámites raros.

Como os comentábamos, hizo un día esplendido, de modo que una vez cumplida con la obligación decidimos aprovechar el día y hacer algo distinto, así que nos encaminamos hacia el barrio de Ebisu. Ebisu (恵比寿) es un barrio vecinal que respira tranquilidad, se encuentra en el distrito de Shibuya en Tokio, Japón. Este acogedor barrio está convenientemente localizado en las proximidades de Roppongi y Shibuya.




Esta tranquilidad crea un hábitat idóneo para el relax y el tiempo libre, por ello aquí no es raro encontrar grandes centros comerciales que conservan una atmosfera vecinal y cercana, alejada de los fríos centros comerciales europeos. Restaurantes, bares, pastelerías, boutiques, cines de verano, mercados de gourmets y otras formas de invertir tu tiempo libre tienen cabida en este lugar, entre ellas, el museo de la cerveza que es el tema sobre el que versa este apartado.
Ebisu fue fundado alrededor de 1928 como una comunidad desarrollada alrededor de las instalaciones de la Empresa de Cervecería de Japón donde actualmente podéis encontrar el Jardín de Yebisu y su museo. La cerveza Yebisu lleva este nombre en honor a uno de los siete dioses de la fortuna de Japón, Ebisu.

Lo que llama la atención de este lugar es el centro comercial denominado, "El Jardín de Yebisu”, junto al hotel Westin. Llegar hasta aquí no tiene perdida, tan solo debéis recorrer el "Yebisu Skywalk", que no es otra cosa que un tramo cubierto a modo de invernadero que recorre el trecho que separa la salida este de la estación de Ebisu con el mencionado Jardín, no os preocupéis que ni siquiera tendréis que andar ya que el suelo es un pasillo automático como el de los aeropuertos.

Nada más salir os encontrareis con una explanada en la que podréis ver las oficinas centrales de las cervecerías Sapporo, el museo de la cerveza de Yebisu y el museo metropolitano de fotografía de Tokio entre otras cosas. Yebisu Garden Place es uno de esos enormes centros comerciales con estructura de ciudad, donde podéis encontrar de todo. Consiste en una docena de edificios y rascacielos con una gran selección de restaurantes, tiendas, los grandes almacenes Mitsukoshi, oficinas, 2 museos, espacio residencial y el hotel Westin Tokio. Así que no debéis iros de esta zona sin visitar el actual museo de la cerveza, ya que la entrada es gratuita, además podréis ver una interesante exposición de su historia y de la elaboración de cerveza en Japón, que debéis culminar con una agradable y refrescante degustación del producto.

Ya sabemos que os comentamos por encima en anteriores post algo sobre la historia de la cerveza para que tuvierais una pequeña noción, pero huelga decir que ya que estamos tratando en profundidad el tema de la cerveza gracias a nuestra visita al museo, creemos que cae por su propio peso que demos profundizar un poco más en la historia de esta fantástica bebida y en la elaboración de la misma. Esperamos que sea de vuestro agrado, ya que siempre es bueno conocer el origen de una de las bebidas más consumidas del mundo, procedamos pues con este interesante tema.

La historia de la cerveza en Japón nació un primero de mayo allá por el 1865 en una pequeña y modesta taberna de Yokohama. Inaugurada por W. Pattow, surgió con la idea de abastecer de bebida alcohólica a los sedientos y exigentes extranjeros que llegaban al puerto comercial, tras el arduo viaje en barco. Pero, la cerveza tenía que ser importada a la fuerza y por un alto precio debido a los altos impuestos y a que Japón no fabricaba dicha bebida, esto producía un gasto enorme y por ello tenia escasa salida.




De modo que, y como ya os comentamos, los japoneses se hicieron la pregunta que pondría en marcha una serie de acontecimientos que desembocarían en el creciente y fructífero negocio cervecero nipón. La pregunta era tan sencilla y obvia como: ¿Por qué no fabricarla en el propio Japón?




Koumin Yamamoto se puso manos a la obra y tras arduos esfuerzos e investigaciones elaboró la primera cerveza japonesa en 1853, aunque como remarcamos, fue de forma experimental. Pero realmente se considera que la primera cervecera de Japón, ubicada en Yokohama, funcionó de 1869 a 1874. Esta tuvo gran fama, aunque la más popular fue la Spring Valley Brewery, fundada por el norteamericano W. Copeland que empezó a elaborar y producir su propia cerveza desde 1870 hasta 1884, cuando Copeland, acosado por una serie de desgracias personales, cerró la compañía y regresó a su país de origen. Sin embargo esta fábrica daría lugar años más tarde al nacimiento de Kirin Brewery.




Pero centremonos ahora en el nacimiento de la primera cervecera controlada unicamente por japoneses: la Osaka Beer Brewing Company. Esta factoría de creciente expansión abrió sus puertas en la ciudad de Osaka en el año 1872, bajo la tutela de su creador, Syozaburo Shibutani. Este empresario aporto grandes ideas al negocio de la cerveza y sin duda uno de sus mayores éxitos fue enviar a Hiizu Ikuta a la escuela de maestros cerveceros de Weihenstephan, ubicada en Baviera. El joven muchacho absorbió literalmente todo el proceso de elaboración y producción de la fuente de la cerveza en el corazón del país que presume de elaborar la mejor bebida de malta del mundo. A su regreso al país del sol naciente comenzó a poner en práctica todo lo aprendido en su estancia germana y fue el encargado de sacar al mercado la que por excelencia seria el estandarte de la cerveza nipona: la Asahi Beer.




En vista de lo sucedido y a raíz de los crecientes pedidos que recibía esta empresa, el gobierno opto por ampliar el negocio creando la Hokkaido Kaitakushi Beer Company, otra cervecera que comenzó a producir allá por el 1887, del mismo modo que comenzó a ingresarse los impuestos por su elaboración aumentando así las ganancias del estado, esto obligó a cerrar numerosas pequeñas industrias cerveceras ante la imposibilidad de competir con las grandes productoras.



Los años precedentes e inmediatamente posteriores a la IIGM fueron de crisis: las grandes cerveceras se aliaron y el gobierno asumió el control de precios. Se aumentó desmesuradamente la cantidad de cerveza necesaria para que fuera concedida la licencia de fabricación. Muchas de las pequeñas cerveceras surgidas en los años 20 desaparecieron o fueron engullidas.




Pero esto pronto cambiaría radicalmente, ya que a finales de los años 50, Japón, cual ave fénix, renace de sus cenizas haciendo frente a los desastres de la guerra con una expansión económica sin precedentes. A raíz de esto, el consumo de cerveza se disparó vertiginosamente, propiciado en cierto modo por el consumo añadido de las tropas extranjeras de ocupación. Por otro lado el gobierno japonés obligó en 1949 al gran monopolio cervecero de Dai Nipon a dividirse en pequeñas empresas con el fin de acabar con el enriquecimiento unilateral de esta gran industria. Esta fractura daría lugar más tarde a las actuales Asahi Breweries y a Sapporo, y permitiría a Kirin alcanzar el primer puesto en la producción nacional, que mantendría hasta 2001.




Elaboración de cerveza:

Tras este resumido repaso por la historia de la cerveza en tierras orientales, que esperamos profundamente os haya gustado y no os haya dado demasiado dolor de cabeza, es el momento para entrar en la elaboración de la cerveza, a priori esto parecería innecesario pero es básico para llegar a comprender todo el trabajo que conlleva la producción de esa delicia liquida tan deseada en estos días de estío.

La elaboración de esta bebida espirituosa se divide en grandes rasgos en dos procesos principales: el primero corresponde a la conversión del almidón de un cereal a los azúcares (maltosa) y la posterior fermentación de los azúcares para obtener la cerveza en sí. Este método, aunque tiene como principal objetivo la producción de cerveza, es muy similar al empleado en la elaboración de bebidas tales como el sake, la hidromiel y el vino.

Los cinco ingredientes básicos que por regla general intervienen en la elaboración de la cerveza son:

Malta: constituye uno de los elementos iníciales de la elaboración de la cerveza, constituida principalmente por semillas de cebada que han germinado durante un periodo de tiempo limitado, hasta que han brotado a unos dos o tres centímetros y posteriormente son retirados y desecados. La elaboración de la cerveza se puede hacer con cualquier cereal que se "maltea" (es decir cualquier semilla que posea almidón y sea susceptible de germinar); la cebada posee entre un 60%-65% de almidón.



Agua: otro elemento principal, interviene no sólo en los momentos iniciales de mezclado con la malta, sino que en algunos de los filtrados posteriores, introduce un sabor característico. Entre el 85 y 92% de la cerveza es agua, por eso es tan refrescante y diurética.




Lúpulo: El humus lupulus es un ingrediente relativamente moderno en la cerveza, se trata de una planta trepadora de la familia del cannabis que es la encargada de proporcionar además de un sabor amargo característico, llega a estabilizar la espuma. Los lúpulos son responsables de los aromas y los sabores florales de unos tipos de cerveza, especialmente las de los EE.UU. y de Inglaterra. De esta planta se utiliza la flor hembra sin fecundar. Este ingrediente posee muchas propiedades medicinales entre ellas las tranquilizantes. Otros de los fundamentos de la adición de la malta es el frenado de los procesos enzimáticos tras el primer filtrado.




Levadura: se denomina así a los organismos unicelulares que transforman mediante fermentación los glúcidos y los aminoácidos de los cereales en alcohol etílico y dióxido de carbono (CO2). Existen dos tipos de fermentación: la fermentación alta, que corresponden a las levaduras flotantes que dan la cerveza Ale y la fermentación baja que corresponde a las levaduras que se van al fondo durante la fermentación que sirve para la elaboración de la cerveza Lager.




Grits: son añadidos que hacen más estable la elaboración, generalmente otro tipo de cereales, tales como trigo, avena, maíz e incluso centeno. Además de la estabilización de espuma, estos cereales añaden distintos sabores a la cerveza y aumentan la percibida 'densidad' de la bebida misma.



Azúcar: A veces, el azúcar se añade durante la fase de ebullición para aumentar la cantidad de alcohol en el producto final o incluso para diluirlo.



La primera fase de la elaboración de la cerveza es la elaboración de la malta y suele hacerse en unas bodegas especiales a partir de la cebada. El objetivo es obtener de una forma ingeniosa al mismo tiempo el almidón y los enzimas que permiten convertirlo en azúcares (maltosa), a través de cuatro fases:



El malteado del cereal, afecta a muchas propiedades de la cerveza final, por ejemplo el color dependerá del tiempo que esté secándose la malta en la última fase del malteado, la cerveza saldrá más oscura si se ha tomado más tiempo en el secado de la misma, esto obviamente no lo sé distinguir muy bien pero queda chulo ponerlo jeje.

Todas las cervezas se elaboran mediante los procesos descritos por una fórmula simple, generalmente La elaboración de la cerveza se divide en tres fases principales:



Los ingredientes tamizados (malta y el grit) se echan en unos grandes recipientes en los que se introduce agua y se remueve hasta que se forma una pasta consistente. A la mezcla acuosa se la hace hervir durante unos minutos para favorecer el ataque sobre el almidón de las enzimas. El mosto, que tiene muchas partículas en suspensión, debe ser filtrado convenientemente para que quede un mosto limpio libre de impurezas que molesten a la fermentación. Tras el filtrado se introduce el mosto filtrado en una olla y se pone a hervir durante algún tiempo (puede durar casi una hora) con el objeto de esterilizarlo de bacterias que hayan podido aparecer durante los procesos anteriores, en este momento se añade el lúpulo con un doble objetivo: proporcionar un aroma característico y al mismo tiempo frenar los procesos enzimáticos anteriores. El tiempo de cocción tiene dependencias de la receta cervecera, pero suele durar algunas horas.

Antes de entrar en las cubas de fermentación se enfría el mosto a una temperatura de 15ºC a 20ºC para que al inyectar la levadura (que son organismos vivos) tenga efecto. Llegados a este punto se introduce una mezcla de aire y de levadura para que comience la fermentación, ésta suele durar varios días, tras el proceso de fermentación se reserva el CO2 sobrante en recipientes especiales para la posterior carbonatación de la cerveza.



La cantidad de tiempo y la temperatura empleada en el envejecimiento de la cerveza dependerá del tipo de fermentación por el que se haya elaborado la cerveza. Esta fase suele ser opcional en algunas cervezas, que suelen pasar directamente a envasado. Tras el envejecimiento, suele filtrarse el líquido y envasarse en unas cubas especiales que se envían a la planta de embotellado y enlatado.










En fin, esperamos que os hayáis enterado de algo jeje porque con tanta parrafada como que le quita un poco la gracia a tomar una cerveza, no? Bueno, para terminar este post cervecil nada mejor que poner las imágenes del museo en sí, con su colección de jarras de cervezas y sus carteles publicitarios, por no mencionar una pequeña selección de spot publicitarios regalo de la casa. Deseamos fervientemente que hayáis disfrutado con la visita y que ahora apreciéis mas una buena birra ya sea rubia, ambarada, tostada o negra. Un abrazo desde Japón y nos vemos en próximas entregas.



















































¿Rafael?